Romeo y Julieta o Diego de Marcilla e Isabel de Segura, dos historias semejantes...
Todos conocemos la trágica historia que escribió William Shakespeare, pero qué pocos saben de la leyenda de los Amantes de Teruel. Cuentan que allá por el siglo XIII dos jóvenes, Diego e Isabel, se enamoran. Ambos provienen de dos de las familias más influyentes de la ciudad, aunque él no dispone de fortuna por ser el segundón, lo cual no es visto con buenos ojos por el padre de ella que no lo ve como el candidato ideal para su querida hija. Así que el joven se marcha a hacer fortuna y le hace prometer a su amada que lo espere durante cinco años. Sin embargo, pasado este tiempo el impaciente padre la obliga a casarse con un mejor candidato. La noche de los esponsales, justo a los cinco años de su partida, regresa Diego de Marcilla. Cuando se entera que Isabel se ha casado acude a su casa y le pide un beso, ésta se lo niega y él muere de amor. Durante el entierro de Diego una Isabel desconsolada se acerca al cuerpo sin vida de su amado y le devuelve el beso negado, muriendo en el mismo acto.
Aunque en vida no pudieron unirse permanecen juntos por toda la eternidad, y así descansan sus restos en el mausoleo construido en Teruel.
Pero si Romeo y Julieta fueron objeto de la imaginación del genial Shakespeare nuestros particulares amantes son parte de nuestra historia popular. Si en el siglo XVI hubieran existido las nuevas tecnologías o Erasmus, es probable que el escritor inglés se hubiera inspirado en nuestra particular leyenda. Unos siglos después, es el escritor Juan E. Hartzenbusch quien plasma en un libro la historia de los amantes de Teruel.
Cada año la ciudad de Teruel se vuelca durante el mes de febrero en recrear la historia de sus más ilustres antepasados. Las bodas de Diego e Isabel nos hacen volver a la Edad Media durante un fin de semana. Turolenses y forasteros se visten a la antigua usanza e invaden calles y plazas con su jaimas y puestos.
Una forma diferente de conocer Teruel.
Pero a Teruel y sus Amantes bien vale dedicarles un fin de semana, y no tiene porque ser el mes de febrero, ya que la ciudad encierra bellos rincones por donde pasear como si fueras un Diego de Marcilla o una Isabel de Segura. El arte mudéjar, declarado Patrimonio de la Humanidad, se refleja en sus más importantes edificios, fruto del entendimiento entre las tres culturas, cristiana, musulmana y judía. Además la ciudad ha incorporado a su oferta sociocultural Dinopolis, un parque temático en torno a la riqueza paleontológica que existe a lo largo de toda la provincia.
Y
Ya tenemos una excusa más para visitar Teruel y conocer a sus amantes, que aunque su historia es muy semejantes a la de Romeo y Julieta, Diego e Isabel son MADE IN SPAIN.
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